El nuevo pueblo de Dios
Por lo tanto, abandonad toda clase de maldad, todo engaño, hipocresía y envidia, y toda murmuración.
1Pe 2:2 Como niños recién nacidos, buscad con ansia la leche espiritual[a] pura, para que por medio de ella crezcáis y tengáis salvación,
1Pe 2:3 si es que realmente os habéis percatado de que el Señor es bueno.[b]
Cristo, la piedra viva
1Pe 2:4 Acercaos, pues, al Señor, la piedra viva que los hombres despreciaron, pero que para Dios es piedra escogida y de mucho valor.[c]
1Pe 2:5 De esta manera, Dios hará de vosotros, como de piedras vivas, un templo espiritual, un sacerdocio santo que por medio de Jesucristo ofrezca sacrificios espirituales, agradables a Dios.[d]
1Pe 2:6 Por eso dice la Escritura:
“Yo pongo en Sión[e] una piedra
que es la piedra principal,
escogida y muy valiosa;
quien confía en ella[f] no quedará defraudado.”[g
0 comentarios:
Publicar un comentario